COMUNICADO DEL PUEBLO CREYENTE
EN EL SÉPTIMO ANIVERSARIO DE LA PASCUA DE JTATIC SAMUEL
Arrancaron nuestros frutos,
cortaron nuestras ramas,
quemaron nuestro tronco,
pero no pudieron matar nuestras raíces
( Popol Vuh ).
A la opinión pública
A las diferentes confesiones religiosas
A los gobiernos Estatal y Federal
A los medios de comunicación
A los hombres y mujeres que construyen la paz
Como Pueblo Creyente en el Dios de la vida y en Jesucristo que vino a liberarnos, conscientes de la realidad que vivimos y estando en movimiento en muchos lugares y de muchas formas, tenemos la firme tarea de la lucha por la libertad, la paz con justicia y dignidad en beneficio de los pueblos, uniéndonos en una lucha común y construyendo alternativas; y ante la explotación indiscriminada de los Regalos de la Creación también hoy somos ejemplo y muestra de organización en defensa y cuidado de la Madre Tierra.
Celebrando hoy la séptima pascua de Jtatic Samuél, profeta y forjador de profetas, cuyo espíritu está en el corazón del pueblo pobre, reafirmamos nuestra tarea de seguir caminando con voz profética y asumiendo los sufrimientos de nuestros pueblos.
Y al peregrinar hoy, como Pueblo Creyente, también nos presentamos y le damos la cordial bienvenida a nuestro nuevo Pastor, hermano obispo, Rodrigo Aguilar Martínez. Agradecemos a Dios por darnos pastores según su corazón: fieles al Evangelio, al Pueblo y a Dios.
Nos sigue animando las palabras del Papa Francisco en su visita a nuestra Diócesis el 15 de enero del 2016:
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma, una ley que ayudaría al Pueblo de Dios a vivir en la libertad a la que habían sido llamados. Ley que quería ser luz para sus pasos y acompañar el peregrinar de su Pueblo. Un pueblo que había experimentado la esclavitud y el despotismo del Faraón, que había experimentado el sufrimiento y el maltrato hasta que Dios dice basta, hasta que Dios dice: ¡No más! Hemos visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia (cf. Ex 3, 9).
Queriendo ser fieles al corazón de Dios Denunciamos hoy los proyectos de muerte:
En cuanto a la tierra y los recursos naturales:
Nos manifestamos en contra del despojo de la Tierra y el Territorio y de la privatización de los bienes naturales. El modelo económico se hace destructor de la vida a través de los megaproyectos de carreteras, minería, presas y campos eólicos para producción de electricidad, planes eco-turísticos (como la Cascada de Agua Azul), monocultivos, explotación de gas y petróleo, todos destructores de los ecosistemas y la vida.
Denunciamos una vez más la contaminación por los agroquímicos y los desechos que dañan a nuestra Casa Común. Rechazamos las semillas transgénicas, así como la injusticia por los altos costos de la gasolina y la electricidad.
En lo político: Protestamos porque el gobierno no escucha las demandas sociales pero sí impulsa las reformas estructurales que benefician a las grandes empresas transnacionales. La mayoría de los servidores públicos no sirven a la comunidad, sino a sus propios intereses. Los partidos políticos han traído división y confrontación.
Protestamos por la corrupción que afecta a todo el país, por la impunidad y el encubrimiento de los funcionarios públicos que abusan de los puestos de gobierno y se enriquecen a costa del pueblo. En todo el país, y particularmente en Chiapas, no se realizan las consultas adecuadas cuando se elaboran leyes o se desarrollan proyectos que afectan los territorios y derechos de los pueblos originarios.
Denunciamos los Engaños de los partidos políticos que se respaldan a través de fundaciones sociales, controlando y organizando a la gente en las comunidades.
En lo social: Somos testigos de la violación sistemática de los derechos humanos de las personas migrantes, por abuso y extorsión de autoridades migratorias, policías y ejército, muchas veces vinculados con el crimen organizado. Denunciamos a quienes usan a nuestras hermanas y hermanos como mano de obra barata en las empresas del norte del país que trabajan en condiciones de esclavitud.
Rechazamos la militarización del territorio en los pueblos y en todo el país, con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico. Denunciamos la creación y la infiltración de grupos de choque para desbaratar la lucha del pueblo. Y rechazamos la ley de seguridad interna porque da un poder arbitrario y ocasiona temor en la población.
Protestamos por este sistema económico que produce migración, desempleo y va restringiendo servicios públicos (educación, salud, agua y otros).
Reconocemos y nos preocupa que al interior del pueblo también padecemos enfermedades sociales, que se manifiestan en divisiones, machismo, explotación y violencia hacia las mujeres, violencia intrafamiliar, abuso sexual de menores,prostitución, alcoholismo, corrupción, divisiones por motivos religiosos, disputa de tierras, enfrentamientos por intereses políticos o económicos, complicidad con la delincuencia organizada. Denunciamos al crimen oraganizado que como estrategia ha usado a los jóvenes para el narcomenudeo y consumo de drogas.
Rechazamos la discriminación hacia las mujeres y apoyamos sus procesos de liberación y resistencia ante el sistema neoliberal.
Denunciamos la formación de los grupos paramilitares en diferentes municipios y comunidades que atentan contra la paz social,
Hemos de atender también la dependencia de la medicina de patente, y el desabasto de medicamentos en clínicas y hospitales, el mal uso del Internet, el consumo de refrescos y comida chatarra.
Como Pueblo Creyente no somos una organización específica, somos también ciudadanos mexicanos y tenemos elementos y espacios legales para construir nuestras alternativas políticas y económicas.
El PROCEDE se ha usado para destruir los ejidos y la tenencia comunitaria de la tierra, favoreciendo el despojo y la privatización.
Por eso Como Pueblo Creyente proponemos:
Construir la autonomía en nuestras comunidades, recuperando nuestra estructura de usos y costumbres. Mantener nuestra resistencia frente a los proyectos de muerte y recuperar nuestros gobiernos autónomos, comunitarios y ejidales.
Apoyar las nuevas alternativas y propuestas frente a un modelo viciado de poder como son la Nueva Constituyente, el Consejo Nacional Indígena, MODEVITE, Luz y fuerza del Pueblo, entre otras.
Defender a la Madre Tierra y el territorio con nuestra forma de vida y a través de las acciones en conjunto, talleres, peregrinaciones, ayunos y oraciones.
Los proyectos de vida que estamos construyendo exigen: la unidad, el despertar de la conciencia, la Vida Digna, la autonomía, la fraternidad, la articulación, las alternativas de construcción social, el cuidado de las semillas nativas, la seguridad, la autonomía alimentaria, un gobierno para la comunidad, la libertad, la resistencia, la palabra de los antepasados, la vida verdadera, la fuerza del Pueblo, la Casa Común, el cuidado de todas las plantas, animales y otras especies y la Justicia. Y unidad con otros credos o confesiones religiosas.
Nos solidarizamos: con los pueblos, colectivos y organizaciones que defienden la vida. Con quienes defienden los derechos de las mujeres y la equidad de género. Nos solidarizamos Con los constructores de reconciliación comunitaria, nos solidarizamos con las familias de los miles de personas desaparecidas víctimas de la violencia. Nos solidarizamos con los jóvenes que se arriesgan por su fe y sus ideales, jóvenes que arman Líos ( como expresa el papa Francisco).
Nos solidarizamos con los hermanos desplazados de Chalchihután y Chenalhó y exigimos al gobierno del Estado una pronta solución a este conflicto.
Exhortamos a los demás pueblos a que se unan porque es necesario unirnos por nuestro pueblo y nuestro territorio, no tengamos miedo de acercarnos, porque el miedo es una herramienta de todas las formas de poder para paralizarnos, animémonos con las palabras del Papa Francisco: “hay que movilizarnos”.
Que el Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra, Dueño, Creador y Formador nos ilumine y fortalezca en nuestro caminar.
La verdad nos hará libres
PUEBLO CREYENTE
DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS,
CHIAPAS
25 DE ENERO DE 2018
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