Red latinoamericana de constructores de Paz

Se establecieron “nodos”, o sea personas/organizaciones como contactos claves en cada uno de los países integrantes de la Red. Su función es dinamizar la comunicación entre los Encuentros.

Visión

No se ha explicitado en un documento escrito. Se nota que los intereses y prioridades han ido cambiando al revisar las actividades que se han llevado a cabo (ver a continuación).

Misión

Recuperar las experiencias locales y regionales de desarrollo alternativo, así como las nuevas prácticas políticas y de participación civil en los procesos de paz para extraer las lecciones pertinentes y de ahí promover estrategias de paz integral de acuerdo al contexto.

Objetivos generales

Se pueden identificar por lo menos tres ejes que se han venido repitiendo en los distintos espacios:

  • La interlocución de los distintos actores civiles y sociales que hacen suyo el proceso de paz en los ámbitos nacionales, latinoamericano y mundial.
  • La maduración de las concepciones y estrategias de paz, sobre la base de recoger de las experiencias recientes –tanto las referidas a guerras internas como aquellas relacionadas con luchas sociales por la justicia y condiciones de participación y de disputa democrática de proyectos–, las claves, lecciones y criterios que nos permitan alumbrarla.
  • La articulación de experiencias y movimientos constructores de la Paz con postura comprometida con las causas y procesos populares.

Ejes de trabajo y actividades ya realizadas

  • Básicamente, después del espacio de Colombia en 1996 en el que se conforma la Red, se han organizado encuentros en distintos lugares de América Latina:
  • El primer Encuentro se dio en el marco del evento regional que fue el Encuentro de Educadores para la Paz y los Derechos Humanos ‘Paulo Freire’, realizado en Ciudad de Guatemala en noviembre de 1997. Se reflexionó sobre Educación para la Paz. En los acuerdos finales vale la pena destacar las propuestas de realizar acciones conjuntas contra el gasto militar, a propósito de los cincuenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a favor de la objeción de conciencia desde los jóvenes, contra la violencia intrafamiliar, etcétera. Igualmente se acordó un reglamento de pasantías para compartir experiencias y aprendizajes entre las instituciones de la región.
  • Un segundo Encuentro fue realizado en México en diciembre de 1998. Se reflexionó sobre el papel de la sociedad civil y se profundizó en la relación entre paz, democracia y desarrollo. Se vio la necesidad de precisar acciones de incidencia que permitieran influir de manera real en el curso de los procesos en los distintos países de América Latina.
  • Un tercer Encuentro se organizó en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), en abril de 2001. El objetivo (después de 3 años sin realizar actividades compartidas) era analizar la situación de la región y redefinir compromisos en favor de la paz. Se reafirmó la “necesidad de un espacio estratégico de articulación latinoamericana para impulsar el fortalecimiento de la participación de los actores sociales y civiles en particular de los sectores excluidos, en la construcción de la convivencia pacífica, fundada en la justicia y la dignidad”.
  • El cuarto Encuentro se dio en Piura, Perú en mayo de 2002. En general se constataba una gran frustración no sólo frente a las realizaciones de la democracia, que enfrenta el viento en contra del neoliberalismo con sus impactos antisociales, sino frente a los procesos de paz donde estos han avanzado a la concreción de ceses al fuego. Hoy la presión por la satisfacción de expectativas crecientes y de derechos legítimos pone en riesgo la convivencia pacífica. Se concluyó que sigue siendo necesario recuperar las experiencias locales y regionales de desarrollo alternativo, así como las nuevas prácticas políticas y de participación civil en los procesos de paz para extraer las lecciones pertinentes.

En el 2003, desde San Salvador, la Red latinoamericana de constructores de paz buscó convocar a una campaña «En nuestra América, otra paz es posible». Debía tener los siguientes pasos:

  • Integración de «nodos» de la Red y de comités de impulso más amplios que discutan y adecuen el «Documento de Trabajo», a fin de convocar nacionalmente a la Campaña.
  • Impulso de un proceso nacional de encuentros, foros o talleres, con carácter unitario y plural, para sistematizar y compartir acerca de: Diagnóstico y caracterización de la situación mundial, latinoamericana y nacional, Concepción de Paz y vínculo de la Paz con otras agendas, Lecciones aprendidas, Retos y alternativas para el impulso de un nuevo proceso social en torno a la Paz.
  • Realización de un Foro Nacional en cada uno de los países, que responda a esta convocatoria, en el que se recoja el proceso preparatorio y se elabore un documento nacional a compartir a nivel latinoamericano.
  • Integración de un grupo de trabajo latinoamericano, con visión interdisciplinaria, que sobre la base de los documentos nacionales reflexione y elabore una propuesta regional sobre «Conflictividad social, movimientos armados y procesos de Paz en América Latina y El Caribe».
  • Realización en Bogotá del Foro Latinoamericano «EN NUESTRA AMÉRICA, OTRA PAZ ES POSIBLE», previsto para mayo de 2004 para sintetizar el proceso regional y establecer nuevos compromisos en la búsqueda de la paz justa y duradera para la región latinoamericana.

Sin embargo, esta campaña no dio los frutos esperados. En el 2004, varios de los nodos de la Red latinoamericana coincidieron en el Foro Social de las Américas que se realizó en Quito, Ecuador a finales de julio. Decidieron iniciar un nuevo esfuerzo para relanzar la Red.

Eso se tradujo a través de la participación en el FSM de Porto Alegre de enero de 2005 (realización de un seminario y dos reuniones de los nodos) y la participación en el Foro « Verdad, Justicia y Paz » en San Salvador a finales de marzo.

En San Salvador, se lanzó el Llamado Romero que plantea tres tareas concretas hasta la realización del V Encuentro en Colombia a finales de octubre :

  • Consagrar el 24 de marzo como día Latinoamericano por la Paz con Justicia y Dignidad.
  • Paralelamente a una reunión amplia de la Red latinoamericana de octubre, convocar al Foro «Paz, seguridad y resistencia» también en Colombia.
  • Conformar una Comisión Romero integrada por personalidades que podrían pronunciarse sobre conflictos específicos o transversales en el continente.

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